La lírica alemana : Friedrich Von Schiller

                            La lírica alemana


En 1871 se comienza la unificación de Alemania como un Estado único. En este proceso ,la literatura romántica ayudó a construir una identidad nacional basada en la tradición y el folclore. Junto a Goethe, los poetas más representativos de este movimiento fueron Schiller, Holderlin, Novalis y Heine.



                                              Friedrich Von Schiller



Friedrich Von Schiller nació en  Marbach, Alemania, en 1759 y murió en Weimar, en 1805.
 Fue un poeta, dramaturgo, filósofo e historiador, pero sobre todo, poeta. Sus versos no han perdido su prestancia y actualidad a pesar de los siglos, inclusive es una referencia de la dramaturgia alemana al lado de Goethe, con quien compartió una amistad. Sus baladas se cuentan en sus poemas más famosos y muchas de sus obras de teatro siguen siendo escenificadas en Alemania. 
 Schiller, que quería estudiar Teología, tuvo que ingresar a la fuerza en la academia militar del Duque para estudiar Derecho y con posterioridad viajar a Stuttgart para instruirse en Medicina. Al mismo tiempo escribía sus primeros textos, hecho que no gustaba demasiado a su familia, especialmente cuando publicó el drama “Los Bandidos” (1781), obra que fue estrenada con éxito en Mannheim.

Schiller fue miembro del denominado “Sturm Und Drang”, movimiento liderado por Goethe que fundamentó las pautas románticas de la literatura germana y enfatizó el valor de la libertad y la dignidad humana.
 Cultivó también la divulgación histórica, como “Historia De La Insurrección De Los Países Bajos” (1788). Entre sus dramas teatrales destacan la citada “Los Bandidos” (1781), “Don Carlos” (1787), “Maria Estuardo” (1800), o "Guillermo Tell"(1804).
En poesía sobresalen su trilogía “Wallenstein” (1799) e “Himnos”, en especial el dedicado a la alegría (1785), que sirvió como inspiración para la famosa sinfonía del compositor Ludwig Van Beethoven.
Residió en Weimar junto a Goethe, y allí falleció, a causa de una neumonía, el 9 de mayo de 1805 a los 45 años.
Fragmentos de dos de sus obras:

  • Oda a la alegría (1785)
"¡Ebrios de ardor penetramos, 
diosa celeste, en tu santuario! 
Tu hechizo vuelve a unir 
lo que el mundo había separado, 
todos los hombres se vuelven hermanos 
allí donde se posa tu ala suave. 

Quien haya alcanzado la fortuna 
de poseer la amistad de un amigo, quien 
haya conquistado a una mujer deleitable 
una su júbilo al nuestro. 
Sí, quien pueda llamar suya aunque 
sólo sea a un alma sobre la faz de la Tierra. 
Y quien no pueda hacerlo, 
que se aleje llorando de esta hermandad. 

Todos los seres beben la alegría 
en el seno de la naturaleza, 
todos, los buenos y los malos, 
siguen su camino de rosas. 
Nos dio ósculos y pámpanos 
y un fiel amigo hasta la muerte. 
Al gusano se le concedió placer 
y al querubín estar ante Dios. 

Gozosos, como los astros que recorren 
los grandiosos espacios celestes, 
transitad, hermanos, 
por vuestro camino, alegremente, 
como el héroe hacia la victoria. 

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses 
hija del Elíseo! 
¡Ebrios de ardor penetramos, 
diosa celeste, en tu santuario! 
Tu hechizo vuelve a unir 
lo que el mundo había separado, 
todos los hombres se vuelven hermanos 
allí donde se posa tu ala suave. 

¡Abrazaos, criaturas innumerables! 
¡Que ese beso alcance al mundo entero! 
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada 
tiene que vivir un Padre amoroso. 

¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador? 
Búscalo sobre la bóveda estrellada. 
Allí, sobre las estrellas, debe vivir. "
http://www.epdlp.com/texto.php?id2=1312

  • Los dioses de Grecia (1788)

Cuando el mundo bello regíais aun,
Y hacia la alegría, sin sombra de esfuerzo
Dichosas estirpes guiabais aun,
Seres del país de la fábula bellos,
¡Ay!, cuando brillaba nuestro oficio aun, ‘el del regocijo,
Que distinto entonces todo, ‘que distinto era,
Cuando las coronas ornaban tus templos,
¡Venus de Amatunte!
Cuanto el velo mágico de la poesía
Gracioso ceñía aun la verdad,
Vital plenitud entonces ‘la creación manaba
Y eso se sentía que jamás se siente.
A fin de estrecharla de amor sobre el pecho
Superior nobleza diose a la Natura.
Mostrabale todo a la vista iniciada,
Todo, ‘la huella de un Dios.
Donde ahora solo –dicen nuestros sabios-,
De fuego una bola inanimada gira,
Entonces su carro guiaba, de oro,
Helio con serena majestad.
Poblaban oréades estas alturas
Moraba en el árbol aquel una dríade
De urnas de náyade siempre hechiceras
Brotaba del río la plateada espuma.

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